Un día de verano, un grupo de niños y niñas se divertían jugando al futbol en el parque. Corrían, pasaban la pelota, gritaban goles y se reían. Entre ellos estaba el perrito, un cachorro callejero que los acompañaba siempre. El perrito era muy juguetón y les hacía cariño a todos.

Pero en un momento, la pelota salió volando hacia una planta con espinas y se pinchó. Los niños y niñas se quedaron tristes y sin saber qué hacer. La pelota era la única que tenían y no tenían dinero para comprar otra.

Entonces, se les ocurrió una idea. ¿Y si hacían jugo de naranjas y lo vendían en el vecindario? Así podrían juntar el dinero para la pelota y seguir jugando. A todos les pareció una buena idea y se pusieron manos a la obra.

Fueron a la casa de uno de ellos, donde había un árbol de naranjas en el patio. Con permiso de su mamá, tomaron algunas naranjas y las exprimieron en una jarra. Luego, buscaron vasos, una mesa, una silla y un cartel que decía: “Jugo de naranjas fresco, 10 pesos el vaso”.

Salieron a la calle con su puesto ambulante y empezaron a ofrecer su jugo a los vecinos. Algunos les compraron por curiosidad, otros por solidaridad y otros por sed. El perrito los seguía por todas partes, moviendo la cola y ladrando.

Al cabo de unas horas, habían vendido todo el jugo y habían ganado suficiente dinero para la pelota. Estaban muy contentos y orgullosos de su esfuerzo. Pero antes de ir a comprar la pelota, decidieron hacer algo más.

Fueron al supermercado y compraron una bolsa de alimentos para perros. Querían darle un regalo al perrito, que había sido su amigo fiel y su compañero de juegos. El perrito los miró con ojos agradecidos y se lanzó a comer con gusto.

Luego, fueron a la tienda de deportes y compraron una pelota nueva. Volvieron al parque y reanudaron su partido de futbol. El perrito los acompañó, feliz de verlos jugar. Los niños y niñas lo abrazaron y le dijeron que era parte de su equipo.

Yo soy un vecino que los observo desde mi ventana. Me conmueve ver cómo estos niños y niñas son capaces de superar las dificultades con creatividad, solidaridad y amistad. Y me alegra ver cómo cuidan al perrito, que tanto los necesita. Son un ejemplo para todos.

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